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viernes, 26 de noviembre de 2010

DESARROLLO INFANTIL

SOCIAL

Desde el punto de vista de la sociabilidad, mediante el juego libre el niño y la niña entran en contacto con sus iguales, lo que le ayuda a ir conociendo a las personas que le rodean,  aprender normas de comportamiento y a descubrirse a sí mismo en el marco de estos intercambios.

Por lo anteriormente expuesto podemos afirmar que las relaciones existentes entre el juego y la socialización infantil se podrían resumir en la siguiente frase “El juego libre llama a la relación y sólo puede ser juego por la relación”.

Esta premisa contiene dos ideas. La primera El juego libre “llama a la relación”, Esta subraya que es un importante instrumento de socialización, porque estimula que los niños y niñas busquen a otras personas, interactúen con ellas para llevar a cabo diversas actividades y se socialicen en este proceso.

El juego libre es un instrumento de comunicación y socialización infantil, juego libre,  simbólico, de representación o ficción porque:

- Estimulan la comunicación y cooperación con los iguales

AFECTIVO-EMOCIONAL

Desde este punto de vista el juego es una actividad que le procura placer, entretenimiento y alegría de vivir, expresarse libremente, encauzar sus energías positivamente y descargar sus tensiones. Es refugio frente a las dificultades, tan comunes hoy día, que el niño y la niña encuentra en la vida, le ayuda a reelaborar su experiencia, acomodándola a sus necesidades, constituyendo así un importante factor de equilibrio psíquico y de dominio de sí mismo, sí misma.

En la lectura de diversos autores que han analizado las conexiones entre juego libre y desarrollo afectivo-emocional concluyen que el juego libre es una forma de expresión y control emocional que promueve el desarrollo de la personalidad, el equilibrio afectivo y la salud mental.

Así mismo descubrimos varios trabajos que han evaluado los efectos de programas de juego libre y han puesto de relieve que las actividades lúdicas que los niños y las niñas realizan, por medio del
juego libre, a lo largo de su infancia repercuten de manera determinante en el desarrollo de su pensamiento, satisfacción de necesidades, sanidad de experiencias traumáticas, descarga de tensiones, exploración y descubrimiento de la organización del mundo que le rodea.

El juego libre es una fuente de placer que el niño y la niña procura de muy distintas maneras y naturaleza, placer de crear, de hacer lo prohibido, por el movimiento, placer de destruir sin culpa.

Los niños y niñas representan experiencias felices como un cumpleaños o la fiesta del barrio, pero también representan experiencias que les han resultado difíciles de asimilar, penosas, traumáticas, como una hospitalización con operación, la entrada en la escuela, el nacimiento de un hermano. Los niños y niñas suelen repetir incansablemente la situación que han sufrido pero invirtiendo el papel, tornando activo lo sufrido pasivamente convirtiéndose en el medico o la medico que opera o en la maestra que indica la tarea y esta repetición simbólica de la experiencia sufrida le permite descargar la ansiedad que le ha creado.

Por un lado es un medio de expresión de la sexualidad que se evidencia en los juegos de médicos, de novios, y por otro lado es un medio de expresión de la agresividad, que encuentra una vía constructiva de salida en los juegos de luchas ficticias, dramatizando animales salvajes, golpeando la masilla con lo que la está moldeando figuras.

Al organizar el juego con frecuencia emergen conflictos que los niños y niñas, resuelven para iniciar con buen a jugar.

El juego libre promueve el equilibrio afectivo y la salud mental:

-Es una actividad placentera que estimula satisfacción.